Paulo Reglus Neves Freire nació el 19 de septiembre de 1921 en Recife, Pernambuco, Brasil, en una familia de clase media empobrecida por la Gran Depresión. Esta experiencia temprana de pobreza y hambre marcó profundamente su visión del mundo y su posterior enfoque en la educación como herramienta para la transformación social.
Freire se formó en la Facultad de Derecho de la Universidad de Recife, donde estudió filosofía y psicología del lenguaje, aunque nunca ejerció la abogacía. En cambio, se dedicó a la enseñanza del portugués en escuelas secundarias, encontrando allí su verdadera vocación. En 1944, se casó con Elza Maia Costa de Oliveira, una profesora de primaria con quien tuvo cinco hijos y colaboró estrechamente en muchos proyectos educativos.
En 1946, Freire fue nombrado director del Departamento de Educación y Cultura del Servicio Social en Pernambuco, donde comenzó a desarrollar innovadores métodos de educación para adultos. Su éxito lo llevó a ser director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife en 1961, y al año siguiente aplicó sus teorías educativas en un influyente proyecto que alfabetizó a 300 trabajadores en solo 45 días.
La publicación de su primer libro, "La educación como práctica de la libertad", en 1967, y el influyente "Pedagogía del oprimido" en 1968, establecieron a Freire como una figura clave en la pedagogía crítica. Sus ideas, sin embargo, también lo pusieron en conflicto con el gobierno militar brasileño, lo que llevó a su breve encarcelamiento y posterior exilio durante 15 años en varios países, incluidos Chile y los Estados Unidos, donde también influyó en movimientos educativos y sociales.
Regresó a Brasil en 1980, donde continuó su trabajo educativo y se involucró en la política, siendo miembro fundador del Partido de los Trabajadores. Freire murió de un infarto agudo de miocardio el 2 de mayo de 1997 en São Paulo, dejando un legado duradero en la teoría y práctica educativas a nivel mundial.
Su enfoque pedagógico se centró en el diálogo y la concienciación, fomentando una educación que viera a los estudiantes como co-creadores del conocimiento y no simplemente como receptores pasivos de información. La "Pedagogía del oprimido" es quizás su obra más conocida, argumentando que la educación debe ser liberadora y debe jugar un papel crítico en la emancipación de las comunidades oprimidas. A lo largo de su vida, Freire escribió numerosos libros y artículos, abogando por una pedagogía que promoviese tanto la reflexión crítica sobre la realidad social como la acción transformadora.
Freire dejó un impacto indeleble no solo en el campo de la educación, sino también en las prácticas de desarrollo comunitario y participación social en todo el mundo. Su obra continúa inspirando a educadores, activistas y pensadores a buscar formas de educación que promuevan la justicia social y la igualdad.
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