Salvador Espriu i Castelló nació el 10 de julio de 1913 en Santa Coloma de Farners, Girona, pero se trasladó a Barcelona con su familia en 1915, donde luego también pasaría temporadas en Arenys de Mar, lugar que se convertiría en un elemento central de su obra literaria. Durante su infancia, Espriu enfrentó la pérdida de su hermana y su hermano, experiencias que marcarían profundamente su visión del mundo y su obra literaria. A una edad temprana, mostró un interés notable por la lectura y la escritura, publicando su primer libro, 'Israel', a los quince años.
En la Universidad de Barcelona, Salvador Espriu estudió Derecho e Historia Antigua, graduándose en 1935. Durante sus años universitarios, participó en el célebre crucero universitario por el Mediterráneo de 1933, lo que amplió su visión del mundo y profundizó su interés por las culturas antiguas. Esta experiencia tendría una influencia significativa en su obra literaria. La Guerra Civil Española interrumpió sus estudios de lenguas clásicas y marcó el comienzo de su compromiso con temas más profundos y sombríos en su escritura.
La obra de Espriu abarca una amplia gama de géneros, incluyendo la poesía, el drama y la narrativa, con trabajos notables como 'Cementiri de Sinera' (1946), 'La pell de brau' (1960) y 'Primera història d'Esther' (1948). 'La pell de brau' es considerada su obra más emblemática, ofreciendo una crítica alegórica y profunda de la España de posguerra. Espriu utilizaba su obra para explorar y criticar la condición humana, la sociedad y la política de su tiempo, empleando un estilo que integra elementos míticos y bíblicos.
En su vida personal, Espriu se mantuvo alejado del protagonismo público, prefiriendo una existencia más introspectiva y dedicada a la escritura. A pesar de su reclusión, se convirtió en una figura central de la literatura catalana del siglo XX, siendo reconocido con premios como el Premio de Honor de las Letras Catalanas en 1972 y la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña en 1980. Su obra ha sido traducida a múltiples idiomas, permitiendo que su voz literaria trascienda las fronteras de Cataluña y España.
Salvador Espriu falleció el 22 de febrero de 1985 en Barcelona y fue enterrado en el cementerio de Arenys de Mar, el lugar que tanto amó y que inspiró parte de su rica mitología literaria. Su legado perdura a través de su extensa obra, que continúa estudiándose y celebrándose, no solo en Cataluña sino en el ámbito literario internacional. En reconocimiento a su contribución a la literatura y la cultura, varias instituciones y eventos literarios llevan su nombre, asegurando que su influencia y enseñanzas sigan inspirando a futuras generaciones.
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