El barón rampante, obra del célebre escritor italiano Italo Calvino, es una novela publicada en 1957 que se ha convertido en un clásico indiscutible de la literatura del siglo XX. Esta historia forma parte de la trilogía Nuestros antepasados, junto a El vizconde demediado y El caballero inexistente. Ambientada en una Italia de tradiciones y decadencia aristocrática, narra la vida extraordinaria y rebelde de Cosimo Piovasco di Rondò.
Todo comienza en un acto de desobediencia juvenil, cuando Cosimo, tras una acalorada discusión familiar provocada por un desacuerdo sobre la comida, decide subirse a un árbol y jurar que nunca más volverá a pisar el suelo. A partir de ese momento, su existencia toma un giro radical. Desde su nueva perspectiva arbórea, Cosimo desarrolla una vida independiente, construyendo su propio refugio en las ramas, cazando para alimentarse y fabricando ropa con pieles de animales. A lo largo de su vida en los árboles, experimenta aventuras inigualables y observa de cerca la evolución de su pueblo y el mundo exterior.
En su juventud, Cosimo conoce a Viola, una niña que rápidamente se convierte en el amor de su vida. A pesar de los encuentros y desencuentros amorosos, y de las relaciones esporádicas con otras mujeres, Cosimo nunca deja de amar a Viola. Además de sus aventuras amorosas, Cosimo entabla amistades con personajes tan variopintos como un ladrón amante de la lectura y vive eventos extraordinarios, desde enfrentamientos con piratas hasta alianzas con desterrados españoles. Su vida está marcada por la defensa de los bosques y por su incansable curiosidad, aprendiendo idiomas y absorbiendo conocimientos a través de los libros.
La relación con Viola, marcada por la pasión y los celos, sufre altibajos constantes. Finalmente, tras una serie de conflictos, Viola abandona a Cosimo, dejándolo solo con sus pensamientos y las copas de los árboles como únicos compañeros. La salud de Cosimo se deteriora con el tiempo, y su vida concluye de manera misteriosa y simbólica, desapareciendo atado a un globo aerostático, asegurando así su promesa de nunca descender a la tierra.
El barón rampante es una metáfora sobre la individualidad y la resistencia, un relato sobre la búsqueda de la libertad y la identidad personal frente a las convenciones sociales. Cosimo, con su vida en las alturas, desafía las normas establecidas y vive según sus propias reglas, convirtiéndose en una leyenda para todos aquellos que lo conocieron y un símbolo de la lucha contra la conformidad.