En 'El Licenciado Vidriera (visto por Azorín)', el célebre autor José Martínez Ruiz, conocido como Azorín, ofrece una relectura profunda y personal de una de las Novelas ejemplares más conocidas de Miguel de Cervantes. Publicada por primera vez en 1915 por la Residencia de Estudiantes, esta obra es un tributo singular al ingenio cervantino, especialmente concebido para conmemorar el tricentenario de su muerte. Azorín, figura destacada de la Generación del 98, explora la condición intelectual y emocional del hombre a través de su análisis de El Licenciado Vidriera.
El libro comienza con un "postfacio que pudiera ser prefacio", donde Azorín reflexiona sobre el impacto y la relevancia atemporal de los clásicos. Sostiene que estos textos nos conectan con nuestro entorno social y emocional, estableciendo un puente espiritual a través del tiempo. Esta obra es, por tanto, no solo una revisión literaria, sino también una introspección sobre la solidaridad y la sensibilidad humana, conceptos que Azorín considera esenciales en la literatura.
La narrativa se centra en la figura de Tomás Rodaja, el personaje principal de El Licenciado Vidriera, quien, tras ser envenenado, cree que su cuerpo está hecho de vidrio. Azorín utiliza esta metáfora para investigar las fragilidades de la mente humana y la percepción de la realidad, temas que resuenan profundamente en el contexto de la España de su tiempo. A través de su análisis, Azorín no solo rinde homenaje a Cervantes, sino que también ofrece una crítica lúcida y contemporánea sobre la intelectualidad y la locura.
Esta edición facsímil de 2016, coeditada por la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado y la Residencia de Estudiantes, incluye un estudio introductorio de José-Carlos Mainer, que enriquece la comprensión del texto al situarlo en su contexto histórico y literario. La obra es considerada por Azorín como su mejor libro, como lo atestigua Alfonso Reyes, y sigue siendo un pilar en la literatura cervantina y un testimonio del profundo respeto y admiración que Azorín sentía por Cervantes.
En conclusión, 'El Licenciado Vidriera (visto por Azorín)' es más que una simple reinterpretación de un clásico; es una obra que invita a la reflexión sobre la condición humana y el poder perdurable de la literatura para conectar distintas épocas y sensibilidades. Azorín logra, con su prosa elegante y perspicaz, rendir un homenaje a Cervantes que sigue resonando un siglo después de su publicación original.