En "El ojo cosmológico", Henry Miller se embarca en una reflexión audaz y desinhibida sobre el arte y su intrínseca relación con la vida. A través de ensayos y un guión cinematográfico, Miller explora la esencia del proceso creativo, desafiando las convenciones y erigiéndose crítico de una sociedad que trivializa el arte, convirtiéndolo en mero objeto de consumo. Esta obra no es solo una crítica, sino también un llamado a reconocer el arte como una manifestación sublime y transformadora de la existencia humana.
Miller argumenta con vehemencia que la literatura, al ser el arte de la palabra, posee la dualidad de ser completamente ficticia y, a la vez, la más veraz. Las palabras son, para él, construcciones humanas que modelan realidades, creando espejismos que sólo la percepción artística puede desentrañar y reconfigurar en algo auténticamente significativo. Este acto de transformación es, según Miller, el supremo ejercicio de la libertad del artista.
En su ensayo "La edad de oro", Miller profundiza en el cine, abordando la tensión entre el arte cinematográfico como expresión del intelecto y su reducción a mera industria. Critica la inversión excesiva en producciones cinematográficas, argumentando que el verdadero arte no requiere de grandes sumas de dinero, sino de una visión auténtica y disruptiva. A través de su análisis de la película de Buñuel y Dalí, celebra las obras que logran trascender los límites del medio para ofrecer nuevas perspectivas y experiencias al espectador.
Miller también reflexiona sobre cómo las artes, incluyendo el cine, han sido cooptadas por una cultura que las prefiere como sustitutos de la vida real, en lugar de exploraciones profundas de la misma. Critica esta realidad distorsionada y propone que el verdadero arte debería desafiar y reconfigurar nuestra comprensión del mundo, actuando como un agente de cambio y revelación. En sus palabras, el arte alcanza su cima cuando "desborda los límites" y nos presenta un "mundo nuevo y desconcertante".
"El ojo cosmológico" es, en esencia, un poderoso manifiesto sobre la capacidad del arte para transformar tanto al individuo como a la sociedad. Miller no solo presenta sus ideas, sino que invita al lector a una introspección sobre cómo interactuamos con el arte y cómo permitimos que forme o deforme nuestra percepción de la realidad. Es una obra que desafía, que incomoda y que, sobre todo, inspira a buscar en el arte una verdad más profunda y liberadora.