El sol y el acero, originalmente Taiyō to Tetsu, es un ensayo introspectivo y filosófico de Yukio Mishima, publicado en 1968. Este texto breve pero denso ofrece una mirada crítica y personal sobre la interacción del autor con el lenguaje, el cuerpo y la identidad, articulada a través de tres símbolos potentes: la palabra, el sol y el acero. Mishima explora cómo estos elementos han moldeado su percepción del mundo y su propia evolución estilística y personal.
La obra abre con una premisa provocadora sobre el lenguaje, considerado por Mishima como un medio que no solo falla en capturar la esencia de la realidad, sino que además la distorsiona y corroe. Frente a esta limitación, el autor propone un enfoque más directo y físico a través del cuerpo, visto como "el espacio que ocupa el yo". Este enfoque se intensifica con el descubrimiento del sol, un elemento vital que le fue restringido en su infancia por decisiones paternas, lo que le confiere un carácter casi revelador a su experiencia con la luz solar.
El acero se presenta como la metáfora central del ensayo, simbolizando el desarrollo muscular y una reconexión con el cuerpo libre de las ataduras del lenguaje. Post Segunda Guerra Mundial, en un Japón derrotado, Mishima abogó por resucitar la fusión tradicional japonesa de las artes literarias y marciales. Este retorno a los ideales del bushido implicó un riguroso régimen de entrenamiento físico, su breve paso por el ejército y la creación de la Sociedad del Escudo, una organización paramilitar dedicada a proteger al Emperador y revivir los valores samuráis.
Los temas tratados en El sol y el acero también presagian el trágico destino de Mishima, quien, en un intento fallido de golpe de estado que parece haber sido diseñado para fallar, terminó su vida mediante seppuku. Este acto final es coherente con las reflexiones del libro sobre la muerte y el deseo de un final heroico. Aunque el ensayo ilumina los intrincados pensamientos de Mishima, también provoca una cierta distancia y desasosiego debido a su exaltación de la fuerza física y la violencia, en un tono que puede percibirse como fascistoide.
En definitiva, El sol y el acero no solo es una obra clave para entender a Mishima y su complejo mundo interior, sino también un testimonio de las contradicciones y conflictos que marcaron su vida y obra. A pesar de sus elementos controvertidos, el ensayo se mantiene como un texto fundamental en la literatura japonesa y en el estudio de la identidad personal a través del prisma de la cultura y el cuerpo.
