"El templete de Nasse-House", cuyo título original es "Dead Man's Folly", es una intrigante novela policíaca escrita por Agatha Christie, que cuenta con la participación de dos de sus personajes más emblemáticos: el meticuloso detective belga Hercule Poirot y la ingeniosa escritora británica Ariadne Oliver. Publicada en 1956, esta obra se sumerge en los misterios y las peculiaridades de una pequeña comunidad en Inglaterra.
La trama se despliega en Nasse House, una majestuosa propiedad en el sur de Inglaterra, ahora en manos del millonario George Stubbs y su esposa. Para celebrar una feria local, deciden organizar un juego de "caza del asesino", diseñado por Ariadne Oliver. La idea es que los invitados sigan pistas ficticias para resolver un asesinato simulado. Sin embargo, la intuición de Mrs. Oliver presiente que algo real y más siniestro se oculta detrás de este entretenimiento.
Alarmada, Oliver contacta a Hercule Poirot para que asista al evento y supervise el juego. A pesar de las meticulosamente planeadas pistas de Oliver, la diversión se torna horror cuando descubren que la joven que hacía de "víctima" ha sido asesinada genuinamente en el lugar que le había sido asignado para el juego. Este giro macabro convierte a todos los presentes en sospechosos, desde los aristócratas locales hasta los trabajadores de la mansión y los visitantes temporales.
Con el escenario del crimen establecido y una lista de sospechosos variopintos, Poirot y Oliver deben desentrañar una compleja red de secretos y mentiras. Utilizando su característico poder deductivo y la ayuda de las intuiciones de Oliver, Poirot se adentra en las profundidades de las relaciones humanas y los oscuros recovecos del alma humana para atrapar al verdadero asesino.
"El templete de Nasse-House" no solo es un testimonio de la habilidad de Christie para tejer intrincadas tramas de misterio, sino también una exploración de cómo las apariencias pueden ser engañosas y de cómo la verdad a menudo se esconde detrás de las fachadas de la respetabilidad. A través de sus giros sorprendentes y su ingenioso desenlace, Christie mantiene a los lectores en vilo hasta la última página, solidificando su reputación como la indiscutible reina del crimen.