"Elejías intermedias" de Juan Ramón Jiménez es una introspección poética que se sumerge en los rincones más recónditos del alma del autor. A través de sus versos, Jiménez desgrana su incesante búsqueda de la belleza y la verdad, que no encuentra en el mundo exterior sino en su propio interior. Esta obra, que se inscribe en el periodo de madurez del poeta, refleja una evolución hacia la comprensión de que la belleza más pura y elevada reside dentro de sí mismo, un descubrimiento que le lleva a afirmar que ha encontrado a Dios a través de la poesía.
La influencia del krausismo y figuras como el doctor Luis Simarro y Francisco Giner de los Ríos es palpable en la obra, al enfatizar el progreso moral a través del cultivo de la sensibilidad. Jiménez adopta esta filosofía, que propone una ruta hacia la ética mediante la estética, integrando así la tradición literaria española clásica y el Romanticismo con un simbolismo que se alinea con su visión del mundo.
En "Elejías intermedias", Juan Ramón Jiménez también responde a sus críticos, como se evidencia en su carta a Timoteo Orbe, defendiendo la profundidad espiritual y de fondo de sus obras frente a quienes solo valoran el aspecto externo. Esta defensa subraya su compromiso con una poesía que es verdadera y profundamente introspectiva, más allá de las modas literarias del momento.
La obra, por tanto, no solo es un testimonio de la lucha del poeta por preservar su integridad artística frente a las críticas, sino también una expresión de su evolución personal y poética. Las "Elejías intermedias" son un reflejo de una "Recóndita Andalucía" que dista mucho de la alegría superficial que a menudo se asocia con la región, presentando en su lugar una visión más íntima y melancólica de su tierra natal y de su propia esencia.
Este ciclo de elegías, que Juan Ramón Jiménez mismo categorizó como "borradores silvestres", muestra su perfeccionismo y el tormento que le causó su deseo de perfección. A pesar de su genialidad precoz, el poeta tuvo que aprender y madurar en su arte, dejando tras de sí una serie de borradores inolvidables que marcarían su trayectoria literaria y su legado poético.