"Estatuas yacentes", una obra profundamente conmovedora y reflexiva de José Hierro, nos sumerge en la turbulenta España de la Guerra Civil y la posguerra a través de la lente poética de uno de sus más destacados literatos. Este libro, aunque ficticio en su narrativa, se inspira en las vivencias y el dolor palpable de Hierro, quien fue encarcelado durante la guerra por su supuesta participación en actividades subversivas. La obra explora la fragilidad humana, la pérdida y la eterna búsqueda de redención y paz en tiempos de desesperanza.
La narrativa se entreteje con poemas y prosa que reflejan la influencia de varios autores clásicos y modernos que Hierro estudió durante sus años formativos, como Dostoievsky, Dickens y poetas del simbolismo francés como Baudelaire y Mallarmé. Estos textos sirven de contrapunto a la cruda realidad de los personajes del libro, que, como estatuas yacentes, representan los restos inmóviles de un país fracturado por el conflicto y la represión.
El título "Estatuas yacentes" alude no solo a la muerte física sino también a una forma de muerte social y emocional, simbolizando a aquellos que, aunque vivos, están incapacitados por el miedo, la represión o la pérdida de sus ideales y seres queridos. Mediante su lírica y emotiva prosa, Hierro no solo narra historias de sufrimiento y supervivencia, sino que también ofrece un testimonio de resistencia y esperanza, subrayando la capacidad del espíritu humano para sobreponerse a la adversidad y reconstruirse a sí mismo, incluso desde los escombros más desoladores.
Este libro es, en última instancia, un homenaje a la resiliencia y la solidaridad, temas que resuenan con el propio legado de Hierro, quien a pesar de las adversidades, continuó su labor creativa y contribuyó significativamente a la cultura literaria española. "Estatuas yacentes" no es solo una obra de arte, sino un espejo de la vida, instando a los lectores a reflexionar sobre el pasado y su impacto en nuestro presente y futuro.