"Jesucristo en Flandes" es una cautivadora historia corta escrita por Honoré de Balzac, publicada en 1831 como parte de los "Études philosophiques" de su monumental serie, "La Comédie humaine". La narrativa está estructurada en dos partes y es narrada en primera persona por un personaje anónimo, quien nos lleva a través de un relato que combina lo milagroso con lo filosófico.
En la primera parte de la historia, el narrador nos sitúa en un tiempo indeterminado del pasado, en Flandes, donde un pequeño barco se prepara para zarpar desde la isla de Cadzand hacia Ostende. A bordo, los pasajeros se dividen según su estatus social: los ricos ocupan la popa mientras que los pobres se sientan en la parte delantera. Justo antes de partir, un extraño se une al viaje; su destino es compartir el espacio con los menos favorecidos, pues los adinerados no le hacen lugar.
Durante el trayecto, el barco enfrenta una feroz tormenta, poniendo en peligro la vida de todos a bordo. El extraño, con una calma sobrenatural, ofrece palabras de consuelo a los pasajeros pobres, mientras los ricos lo desprecian o dudan de sus intenciones. Finalmente, el barco naufraga cerca de Ostende. Milagrosamente, el extraño camina sobre el agua hacia la orilla, seguido solamente por los pobres que se salvan. Los pasajeros ricos, en cambio, perecen en el mar. Al llegar a la costa, el extraño también rescata al capitán del barco, revelando su verdadera identidad: Jesucristo. En memoria del milagro, se erige un convento en el lugar donde ocurrió el suceso.
En la segunda parte, el narrador visita la iglesia del convento en Flandes en el año 1830, justo después de la Revolución de julio. Durante su visita, experimenta una visión en la que una anciana se transforma en una joven que le revela una visión sobre las iglesias. Al despertar, comprende que la experiencia fue un sueño que lleva un mensaje de defensa de la iglesia, reafirmando el poder de lo divino y lo espiritual en tiempos de cambio e incertidumbre.