"La bestia rosa" de Francisco Umbral es una audaz exploración de la sensualidad y el deseo, envuelta en la poética y provocadora prosa del autor. En esta obra, Umbral nos invita a adentrarnos en su diario indiscreto, escrito un domingo 21 de diciembre, revelando una relación tan fascinante como controversial con una figura enigmática: Rimbaud. Sin embargo, no se trata del célebre poeta francés, sino de una joven efeboandrógina, efeboacrática, efeboanarco que comparte su nombre.
Umbral conoció a esta peculiar Rimbaud en la Bobia del Rastro, un lugar que, como ella, está lleno de vida y secretos. La joven, que lleva las gafas de Ramoncín y un tiranosaurio en el hombro, es una figura que desafía las convenciones. Mientras se dedica al trapicheo y al consumo de popper, libros y mitos, se convierte en una presencia irresistible para Umbral, el "carroza" sabio y cachondo, que se ve atrapado en la turbulencia de su existencia.
La relación entre Paco y Rimbaud se despliega como una danza de deseo y conocimiento. La joven, a pesar de su corta edad, parece haber vivido y experimentado todo, evocando en Umbral una mezcla de admiración y fascinación. Su sabiduría precoz y su capacidad para intuir y sugerir los misterios del sexo la convierten en un ser casi místico, una especie de musa que desafía las normas establecidas.
Sin embargo, "La bestia rosa" no es solo un retrato de Rimbaud ni de Umbral; es la conjunción de ambos, unidos en una simbiosis casi mágica. Son "un monstruo de dos espaldas", una entidad que trasciende sus individualidades para convertirse en una manifestación de deseo y creatividad. En estas páginas, Umbral no solo narra su historia, sino que también libera el lenguaje sexual de las ataduras de la mojigatería, creando un léxico propio que explora sin pudor la intimidad del cuerpo y del alma.
La obra es una meditación sobre el deseo, un enigma que solo Umbral parece capaz de expresar con tal elocuencia y profundidad. A través de su pluma, nos invita a cuestionar y a maravillarnos ante la complejidad de las relaciones humanas, donde lo inocente y lo prohibido se entrelazan en una danza perpetua. "La bestia rosa" no es solo un libro; es una experiencia que desafía y enriquece nuestra percepción del amor y el erotismo.