"La de los tristes destinos", última entrega de la cuarta serie de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós, sumerge al lector en los turbulentos días finales del reinado de Isabel II de España. Publicada en 1907, esta obra teje una narrativa rica y compleja que abarca diversos escenarios como Bayona, París, Londres, Madrid, Cádiz y Alcolea, reflejando el meticuloso trabajo de Galdós quien invirtió cinco meses en su escritura, un período considerablemente más largo que el habitual para el autor.
La novela arranca con la decadencia palpable de una monarquía acosada por conspiraciones internas y el descontento popular, que finalmente desembocan en la Revolución Gloriosa. Galdós, con su pluma precisa, retrata el ambiente de los emigrados españoles y los movimientos del general Prim, culminando con la decisiva batalla de Alcolea que obliga a Isabel II a abandonar el país. Este episodio marca el fin de su era, cerrando su reinado con una salida que, aunque trágica, es descrita con una frialdad casi burocrática, subrayando la indiferencia de la época hacia la caída de la monarquía.
El autor no solo se centra en los grandes eventos, sino que también dibuja con detalle la vida cotidiana de la época, las reacciones populares y los ambientes políticos, reconstruyendo la vida española del siglo XIX con una riqueza de detalles que da vida a la historia. La narrativa se enriquece con reflexiones sobre la libertad y la justicia, mostrando una España que, a pesar de la sangre derramada, intenta renacer de sus cenizas con una nueva historia por escribir.
En "La de los tristes destinos", Galdós no solo cuenta la historia de un reinado fracasado marcado por la frivolidad y la corrupción, sino que también reflexiona sobre el legado de una reina que, rodeada de conflictos y errores, se ve obligada a enfrentar el exilio. La novela cierra con una imagen poderosa en Hendaya, donde Isabel II, acompañada por su familia, da sus últimos pasos en suelo español, mientras un melancólico Napoleón III contempla la escena, indiferente al drama político que se despliega ante él.
Con esta obra, Galdós no solo concluye un capítulo de los Episodios Nacionales, sino que también ofrece una meditación sobre los costos humanos y sociales de la política, el poder y la revolución, invitando al lector a reflexionar sobre la complejidad de la historia de España y el inevitable fluir de sus tristes destinos.