"La guerrilla" de Azorín es una obra teatral que capta la esencia de una España en conflicto, situada en el período de la invasión napoleónica. Estrenada en 1936, esta pieza forma parte del ciclo teatral del autor, caracterizado por su intento de renovar la escena dramática española, influenciado por el surrealismo y el cine mudo. La obra se estructura en tres actos divididos en tres cuadros, seguidos por un epílogo, y explora temas universales como la guerra, el amor y la muerte. A través de una narrativa que invita a la reflexión, Azorín aborda la dualidad entre el "afrancesamiento" y el "casticismo", simbolizando la lucha entre la cultura y la incultura en España.
En "La guerrilla", el escenario se despliega en una aldea castellana, en medio del caos causado por las tropas de Napoleón. Los protagonistas son guerrilleros valientes como El Tuerto, el Cura Medina, y "El Cabrero", quienes toman las armas para proteger a su pueblo de las atrocidades del invasor. Mientras tanto, en el lado francés, el general y el coronel Santamour intentan sofocar la resistencia que surge en los rincones más recónditos del país.
El ambiente del pueblo se complica con la llegada del coronel Etienne, quien se presenta como una figura ambivalente. Su llegada coincide con una serie de eventos que destapan las complejidades humanas y los secretos ocultos entre los aldeanos. Juan, el alcalde del pueblo, mantiene una relación clandestina con Eulalia, la esposa del posadero Valentín, y es el verdadero padre de Juana María, la hija del matrimonio. La tensión se incrementa cuando el coronel Etienne, en un acto de humanidad, salva a un niño de morir ahogado, ganándose la simpatía de Juana María.
A medida que la trama avanza, las líneas entre el bien y el mal, el enemigo y el aliado, se vuelven borrosas. Azorín utiliza estos personajes y sus interacciones para tejer una crítica social y política, reflexionando sobre el alma de España y la naturaleza de la guerra. La obra culmina en un epílogo que deja al público meditando sobre la condición humana y el espíritu indomable de aquellos que luchan por su tierra y sus convicciones.
La adaptación cinematográfica de 1972, realizada por Rafael Gil, toma libertades con el argumento original, enfocándose en una interpretación pacifista que se distancia de la intención simbólica de la obra teatral, rechazando cualquier paralelo con la guerra civil española. A través de esta adaptación, "La guerrilla" se reafirma como una obra que trasciende su contexto histórico para ofrecer una visión universal sobre el conflicto y la identidad.