"La sobriedad del galápago", obra de Sara Mesa, nos introduce en un inquietante escenario cotidiano: un gran centro comercial, donde las vidas de tres personajes se entrelazan en un juego de sombras y revelaciones sutiles. El primer personaje es un aspirante a entomólogo, cuyo carácter tímido y tendencia a enamorarse fácilmente contrastan con su peculiar obsesión por una mantis religiosa. Atrapada en un bote de cristal, este insecto se convierte no solo en objeto de estudio, sino también en una fuente de corrientes eléctricas que el joven intenta comprender y manipular.
Por otro lado, nos encontramos con un ladrón experto y profundamente atormentado, cuya habilidad para sustraer objetos de alto valor de los grandes almacenes se ve superada por su obsesión con una chaqueta exorbitantemente cara. Esta prenda no solo representa un desafío a sus habilidades, sino que también se convierte en el símbolo de una lucha interna y una posible redención.
La tercera figura en este triángulo es una dependienta enigmática y eficiente, cuya habilidad para moverse en las sombras del centro comercial le permite observar y manipular los hilos que conectan a los otros dos personajes. Su presencia, aunque discreta, es decisiva en la dinámica que se desarrolla día tras día en este frío espacio de consumo y deseo insatisfecho.
La narrativa de Sara Mesa en "La sobriedad del galápago" explora temas de soledad, obsesión y la búsqueda de conexión en un mundo marcado por la superficialidad y el materialismo. El estilo sobrio y directo de Mesa, combinado con su habilidad para crear atmósferas cargadas de una tensión casi palpable, convierte esta novela en una lectura cautivadora que invita a la reflexión sobre las corrientes invisibles que mueven a las personas en los espacios más insospechados.
Este entrelazamiento de vidas y deseos en un escenario aparentemente mundano, pero cargado de significados ocultos, hace de "La sobriedad del galápago" una obra que captura la esencia de la desesperanza y la lucha interna, mientras mantiene al lector enganchado hasta la última página, deseoso de descubrir el destino final de estos personajes tan profundamente humanos.