"Mortal y rosa" de Francisco Umbral es una obra conmovedora que se sumerge en el dolor inefable de la pérdida y en el intento del autor de encontrar sentido a través de las palabras. En un monólogo introspectivo y profundamente lírico, Umbral explora la devastadora muerte de su hijo, transformando su sufrimiento en una catarsis literaria que busca liberar su alma atormentada.
Umbral emplea una prosa poética que se convierte en una elegía a la infancia perdida. Cada página está impregnada de un sentimiento de melancolía, donde la vida y la muerte se entrelazan en un baile eterno. En su evocación, el autor utiliza objetos cotidianos como sillas de paja o caballos de crin celeste, que sirven como pretextos para reflexionar sobre la fragilidad de la existencia y el insondable vínculo entre padre e hijo.
El título del libro, inspirado en un verso de Pedro Salinas, "esta corporeidad mortal y rosa, donde el amor inventa su infinito", encapsula la dualidad entre la mortalidad y la belleza efímera de la vida. Umbral nos lleva de la mano por un viaje introspectivo donde el amor paternal se presenta como un "relámpago de futuro", una imagen poderosa que simboliza tanto la esperanza como el dolor de la pérdida.
A través de páginas cargadas de emoción, el autor desnuda su alma, revelando un universo interior lleno de desesperanza, ironía y, a veces, una desesperada búsqueda de consuelo. Este libro, que desafía las convenciones literarias, se convierte en un exorcismo personal para Umbral, un intento de sanar las heridas abiertas por la tragedia.
"Mortal y rosa" se presenta como una obra incatalogable, un poema en prosa que desafía la categorización, combinando elementos de diario íntimo, ensayo y novela. La estructura del libro, a menudo reiterativa y ambigua, refleja el caos emocional del autor, haciendo del texto una experiencia tanto desgarradora como profundamente humana.
La obra culmina en la aceptación de la realidad más dura: la muerte del hijo, la extinción del hombre pequeño, un acto final que no ofrece respuestas ni consuelo. Sin embargo, en este viaje al centro del dolor humano, Umbral logra capturar la esencia de la pérdida y la convierte en una reflexión poderosa sobre la vida misma, dejando un legado literario que trasciende el tiempo y el espacio.