Publicada por Italo Calvino a lo largo de la década de 1950, la trilogía "Nuestros antepasados" incluye tres novelas cortas: "El vizconde demediado" (1952), "El barón rampante" (1957), y "El caballero inexistente" (1959). Esta colección, que destaca por su mezcla de cuento popular, alegoría socio-política y fantasía, ofrece una exploración profunda de la condición humana y la búsqueda de una humanidad integral, tal como lo expresó Calvino en respuesta a críticas de su obra.
En "El vizconde demediado", nos encontramos con el vizconde Medardo de Torralba, quien, tras ser partido en dos por una bala de cañón en la guerra contra los turcos, sobrevive milagrosamente en dos mitades. La mitad derecha regresa a su tierra como un ser despreciable que propaga el mal, mientras que la otra mitad, también viva, encarna la bondad y el altruismo. La coexistencia de estas dos mitades en un mismo espacio no solo intensifica su conflicto interno, sino que también refleja la lucha eterna entre el bien y el mal en la sociedad.
"El barón rampante" relata la historia de Cosimo Piovasco di Rondò, un joven noble que decide vivir en los árboles y nunca más bajar al suelo. A través de las aventuras y desventuras de Cosimo, Calvino explora temas de independencia, libertad y la relación del individuo con la sociedad y la naturaleza. Esta novela se convierte en un símbolo de resistencia y de la búsqueda de un camino propio en un mundo regido por normas rígidas.
Finalmente, "El caballero inexistente" se centra en Agilulfo, un caballero que, paradójicamente, no existe físicamente, aunque su armadura está siempre presente en las batallas y en la corte. A través de Agilulfo, Calvino examina la existencia como concepto abstracto y la identidad personal en un mundo donde los roles sociales a menudo dictan quiénes somos. Esta novela plantea preguntas profundas sobre la realidad, la existencia y el valor de lo intangible.
Aunque cada historia de "Nuestros antepasados" es independiente, todas comparten un aire común que refleja la habilidad de Calvino para entrelazar lo fantástico con lo filosófico, creando mundos donde lo surreal se encuentra con lo profundamente humano. Esta trilogía no solo es imprescindible por su riqueza narrativa y su ingenio literario, sino también como una ventana a las preocupaciones universales que siguen siendo relevantes en la actualidad.
