En "Racine y Molière", Azorín nos invita a un viaje introspectivo a través del tiempo, explorando el mundo de dos gigantes del teatro clásico francés: Jean Racine y Molière. Con su prosa característica, Azorín, un destacado miembro de la Generación del 98 y conocido por su aguda crítica literaria, logra entrelazar la historia, el arte y la filosofía, ofreciendo al lector una mirada perspicaz sobre la vida y obra de estos dramaturgos que marcaron una época.
El libro se estructura como un ensayo literario en el que Azorín examina, con su estilo meticuloso y reflexivo, las diferencias y similitudes entre Racine y Molière, no solo como escritores, sino también como hombres de su tiempo. Racine, con su tragedia clásica y su dominio del verso alejandrino, es presentado como el maestro del drama psicológico. Azorín analiza las profundas emociones y las complejidades humanas reflejadas en obras como "Fedra" y "Andrómaca", destacando su capacidad para capturar la esencia del alma humana en conflicto.
Por otro lado, Molière es retratado como el genio de la comedia, un hombre que a través de su ingenio y sátira, desnudó las hipocresías sociales de su época. Azorín detalla la relevancia de sus obras más icónicas, como "El avaro" y "Tartufo", enfatizando cómo Molière utilizaba el humor para desafiar las convenciones y criticar las costumbres de la sociedad francesa del siglo XVII.
A lo largo de sus páginas, Azorín no solo compara las técnicas y estilos de estos colosos del teatro, sino que también profundiza en sus influencias personales, sus motivaciones y el impacto que sus obras tuvieron en la posteridad. Con gran maestría, el autor logra contextualizar a Racine y Molière dentro de un marco histórico y cultural, permitiendo al lector comprender cómo sus obras trascendieron su tiempo y continúan resonando en el presente.
"Racine y Molière" es más que un simple análisis literario; es una reflexión sobre la condición humana, la creatividad artística y la capacidad del teatro para reflejar y cuestionar la realidad. Azorín, con su mirada crítica y su amor por la literatura, ofrece una obra que no solo educa, sino que también inspira a redescubrir la riqueza del teatro clásico francés desde una perspectiva contemporánea.